Existe una alternativa de trading en la Bolsa, que permite obtener una ganancia aún con la caída de las cotizaciones en el mercado bursátil. La operatoria se denomina en la jerga Venta en Corto.
El sentido común y la lógica marcan que una inversión en acciones es rentable sólo si los precios suben. Muchos inversores vienen ganando (o recuperando lo perdido) en la Bolsa durante los últimos dos meses, con el S&P Merval marcando nuevos récords nominales, y con las acciones volando en algunas jornadas hasta dos dígitos. Sin embargo, previo a ello, las carteras con activos en renta variable habían sido fuertemente golpeadas por la inestabilidad macro argentina – principalmente en 2018 -, y también por una mayor aversión al riesgo global.
¿De qué forma? Existe una alternativa de trading en la Bolsa, quizás aún poco conocida en la comunidad inversora no tan experta, que permite obtener una ganancia aún con la caída de las cotizaciones en el mercado bursátil.
La operatoria se denomina en la jerga Venta en Corto. En términos generales, consiste en vender acciones que se toman en préstamo (de valores, a partir del cual se debe pagar una tasa) con la expectativa de que el precio baje en los días posteriores. Si ello ocurre, los papeles que hay que devolver – en una fecha previamente pactada – se pueden comprar a un precio menor al que fueron vendidas, obteniendo así un beneficio.
“Es una operatoria muy solicitada por el inversor extranjero y además es positiva ya que permite incorporar en el precio del activo todas las expectativas del mercado. Hoy la teoría económica plantea que un precio condensa toda la información disponible, siempre y cuando exista una información perfecta y no aparezcan asimetrías. Si no existe la venta en corto las expectativas bajistas no pueden incorporarse en el precio”, sostuvo en diálogo con ámbito.com Gonzalo Pascual Merlo, gerente de mercados de renta variable y derivados de BYMA.
El paso a paso de la operatoria
En primer lugar, es indispensable que el préstamo y la venta se realicen el mismo día. Es decir, en la misma rueda de negociación en que toman prestadas las acciones, se las debe vender en el plazo contado estándar (con liquidación en 48 horas). Luego, si la predicción del inversor es correcta y el precio de las acciones baja, obtendrá una ganancia por haber vendido más caro. De esta manera, puede recomprar esos mismos papeles a un precio más barato para cancelar el préstamo.
Pero, ¿qué ocurre en caso de que las proyecciones del inversor no se cumplan y el precio suba en lugar de bajar? El inversor tendrá que hacerse de las acciones a un precio más alto al que las vendió y el resultado será una pérdida.
Sin embargo, en la Bolsa existe una solución para cubrirse de ese riesgo o al menos mitigarlo. Al momento de realizar la Venta en Corto, es posible comprar una Opción de Compra (“call”) sobre las acciones que se tomaron en préstamo, de la misma forma que un inversor, expuesto a una eventual devaluación del peso (por ejemplo las cerealeras, o aquellos que apuestan a la tasa en pesos), se cubre con las operaciones de dólar futuro.
El “call” da derecho a comprar las acciones a un precio determinado – llamado precio de ejercicio – hasta una determinada fecha (la fecha de vencimiento de la opción). Así, el inversor se asegura un precio de compra neutralizando – o acotando – el monto de la pérdida, en caso de que el precio de las acciones suba.
“Si compro un call al precio que vendí, lo que estoy haciendo es limitar la pérdida a lo que pague por la prima. En el peor de los casos si el valor de la acción sube, puedo ejercer ese call y tener la posibilidad de comprar al mismo precio que vendí. En ese caso, lo que perdí es lo que pagué por la prima de ese call más los derechos de Mercado”, explicó Pascual Merlo.
Ante esto, a la hora de definir si la ecuación ingreso-costo de una Venta en Corto es conveniente, es necesario considerar la diferencia entre el precio de la operatoria y el de mercado: cuanto más bajo sea el segundo, mayor será el beneficio bruto.
Perfil del inversor
De acuerdo a fuentes del mercado, actualmente existen al menos dos perfiles de inversor bien marcados que suelen tradear la venta en corto. Por un lado, aquellos que han participado activamente del mercado de futuros: markets makers que buscan cubrir posiciones junto con agentes de trading de alguna mesa de bolsa. Por otro lado, también se vuelcan a esta operatoria los traders puros de acciones, algunos de los cuales trabajan en el arbitraje, mientras que otros actúan sobre las acciones más liquidas.
Requisito para volver a ser emergente
Junto con los préstamos de valores, la venta en corto fue implementada hace más de un año (abril de 2018) por BYMA, y constituía uno de los tantos requisitos exigidos por el MCSI para que el mercado argentino vuelva a ser considerado emergente, algo que se concretó de hecho el mes pasado. “Fue un trabajo muy bueno realizado con la Comisión Nacional de Valores. Lo reglamentamos a nivel país y luego para implementarlo dentro de BYMA, llevamos el proyecto a CNV. La nueva ley de financiamiento productivo no habilitaba esta práctica. Nosotros fuimos al regulador y se lo propusimos”, remarcó el ejecutivo de BYMA.
Así las cosas, en estos 14 meses de vigencia, si bien la operatoria no tuvo demasiados adeptos en el mercado, su evolución fue de menor a mayor. “El resultado que hemos tenido ha sido bueno en líneas generales, pero magro. No se opera el volumen de venta en corto lo que se mueve en otros mercados del mundo. Igual, de a poco se va moviendo, hay fondos especializados que están prestando sus activos porque obtienen una rentabilidad extra y estamos comenzando a ver a traders interesados en la operatoria”, dijo una fuente de BYMA.
En este contexto, especialistas subrayan que cuando el mercado empieza a ver un techo en la Bolsa – algunos ya lo vieron por estos días -, muchos comienzan a volcarse a la venta en corto. En caso de que la tendencia bajista retorne al Mercado, el interés inversor también dependerá si la recuperación es rápida o no. Tal como se vislumbra el escenario político de cara a las elecciones presidenciales de octubre, el futuro del mercado es binario, por lo que las ventas en corto permanecerán agazapadas.
Fuente: Ámbito Financiero