El camino de emprender, sobre todo en Argentina, es un largo proceso de altibajos. Algunos momentos de crecimiento acelerado y otros de espera y aprendizaje. Desde el momento en que el proyecto comienza como una idea o un deseo hasta ver los resultados hay un largo camino que, sin dudas, hace al espíritu y el carácter del emprendimiento.
Si bien, intentar seguir una receta única sería una utopía, existen algunas recomendaciones que a lo largo de mi trayecto como emprendedor durante el crecimiento de Fichap me han servido de aprendizaje y pueden resultar una guía eficaz para aquellos que están comenzando su camino.
- Seguir el primer instinto: esa idea inicial que comienza como un instinto tiene que ver con quién sos y con la esencia del emprendimiento. No descartar esos primeros pasos ayuda a encontrar el lugar que puede ocupar el negocio dentro del ecosistema existente y darle un carácter único. Ser auténtico y no perder el rumbo: aprender a equivocarse, pivotear y volver es parte del camino. En nuestro caso, Fichap nació como una solución a un problema puntual que surgió en el marco laboral y a medida que iba avanzando me di cuenta de que tenía entre manos algo con potencial. Haber apostado a esa idea fue decisivo.
- Armarse de buena compañía: el éxito necesita de un buen equipo de trabajo. Encontrar colegas que aporten desde distintos aspectos, puntos de vista y con una amplia variedad de background y expertise. En mi caso, la primera instancia fue identificar mi Equipo Emprendedor, los socios que me complementaban para poder llevar adelante la idea y que aportaban al proceso de crecimiento para, luego, poder armar un equipo de colaboradores en los que creo profundamente. El equipo fue y es uno de los cimientos más fuertes en los que se apoya nuestro emprendimiento. No solo necesitamos habilidades y competencias, sino también buena onda, confianza y cien por ciento de compromiso. Hoy en día Fichap cuenta con más de 20 empleados que trabajan en la empresa con la misma entrega y predisposición que supe aplicar desde los inicios.
- Tener un método: en un inicio las ganas y el trabajo arduo pueden resultar suficientes pero a medida que el negocio comienza a crecer, seguir un método resultó clave en nuestro recorrido. Cuando proyectamos Fichap, nuestro gestor de recursos humanos que permite registrar las jornadas laborales de los equipos de trabajo aplicando inteligencia artificial, geolocalización y big data, nos basamos en un libro que se llama The Lean Startup. Se trata de una metodología de aprendizaje continuo para el lanzamiento de negocios que propone, en primer lugar, conocer en profundidad las necesidades de los consumidores y las respuestas que tendrán a determinado producto para luego lanzarlo al mercado. Para nosotros es clave conocer las necesidades del mercado y buscar brindar soluciones concretas a los problemas del público objetivo, y no a la inversa.
- Explorar qué herramientas existen: si bien hay momentos que propician más la salida de nuevos negocios, siempre existen herramientas disponibles que pueden facilitar el proceso: fondos de financiamiento, las incubadoras, las redes de emprendedores y espacios de trabajo colaborativo que impulsan tanto el sector privado y los organismos regionales, son algunas de las opciones que pueden encontrarse. En nuestro caso, tuvimos el lujo de ser seleccionados para participar en la Copa Mundial de Emprendedores 2020, quedando dentro de las 100 mejores Startups del mundo y luego fuimos seleccionados como una de las 10 promesas de la revista Forbes, todo en el mismo año.
Estos pasos fueron algunos de los que guiaron nuestros comienzos pero en conclusión, entendimos que no hay una receta exacta para el éxito. Es importante que cada emprendimiento viva su propia experiencia y entienda sus tiempos y recorrido a seguir.