El próximo lunes la Cámara de Diputados de la Nación tendrá sesión para legislar sobre el proyecto de Ley Bases y el acápite de la Reforma Laboral y Fiscal, que en el escenario socioeconómico argentino es fundamental para impulsar el crecimiento, el empleo genuino y de calidad, y la mejora en la competitividad en relación con el resto de las economías.
En particular, estamos convencidos que la necesidad de modernizar las leyes laborales en Argentina representa un requisito excluyente para los desafíos que enfrentamos. Una reforma laboral bien diseñada, sin dudas, puede contribuir significativamente a reducir la informalidad en el mercado laboral, el incremento de los índices de empleabilidad, la atracción de inversiones y a la mejora de nuestra productividad.
Repensar el marco legal actual para adecuarlo a un mundo laboral distinto y dinámico al que existía hace 50 años, preservar los principios fundamentales del derecho laboral, rediseñar el concepto mismo del marco laboral y extenderlo más allá de la regulación de las relaciones laborales, abarcando también a la capacitación, la recalificación por las nuevas tecnologías, la seguridad del desempleado, la formalización del mismo y la mejora constante de la empleabilidad, competitividad y productividad de toda la oferta laboral, hoy es imprescindible.
Medidas efectivas que busquen simplificar y agilizar los trámites burocráticos asociados al empleo, reducir la carga administrativa eliminando multas al empleado no registrado y un régimen simplificado de registración laboral, dar previsibilidad a los costos indemnizatorios a través de la creación de un fondo de cese laboral optativo, y garantizar la seguridad jurídica en la actualización de las sentencias, no solo beneficia a todos los actores sociales, incluidas las empresas, sino que también puede ser la llave para fomentar la contratación y la innovación en el ámbito laboral, y traducirse en una respuesta más eficiente a las demandas del mercado.
Desde AmCham hemos planteado en reiteradas ocasiones la necesidad de introducir reformas integrales y de profunda transformación para hacer de Argentina un país viable. Y como siempre resaltamos: una eficiente articulación entre el sector público y privado es la única manera de alcanzarlo.
El mundo laboral ha cambiado y Argentina tiene que ser parte de ese cambio, no podemos seguir postergando nuestro desarrollo y estabilidad. La reconstrucción es una tarea de todos los actores por encima de cualquier interés partidista o personal, y por eso mismo, invocamos una vez más a todos los sectores políticos a sumarse a esta iniciativa.