
La Argentina enfrenta con virulencia una segunda ola con apenas el 18% de su población vacunada con apenas una sola dosis y 4% con dos dosis.
Con una población agotada, que se consumió los ahorros y su margen para endeudarse, la vacuna sería la única solución para frenar esta escalada de casos.
Es cierto que hay escasez global de vacunas y que a la mayoría de los países le ha costado conseguir vacunas. Es cierto que el 70% de las dosis quedaron en las economías desarrolladas, pero repasemos todas las oportunidades que Argentina desaprovechó.
