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Las siete tendencias laborales para este 2021

Ene 8, 2021

Desde pautas de distanciamiento físico, deslocalización del trabajo, actualización digital y capacitación, flexibilidad y trabajo por objetivos, hasta el reclutamiento 100% virtual son algunos de los principales factoras que las empresas deberán poner en marcha en este año y la pospandemia. El informe de Randstad.

Randstad dio a conocer las siete tendencias que su equipo de especialistas en gestión del talento identificó como las más relevantes para el mundo del trabajo en este año, que pese a la vacuna, aun sigue bastante atravesado por la pandemia.

Respecto a los cambios que se esperan en el mundo laboral post Covid-19, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, sostuvo: “Con una perspectiva de mediano plazo que seguirá condicionada por la evolución de la pandemia, la economía y el empleo deberán sortear enormes desafíos para recuperar la senda del crecimiento en Argentina. En este contexto, para las empresas y  organizaciones que buscan capitalizar la experiencia del año de la pandemia, la clave pasa por asimilar los cambios, incorporar los aprendizajes y sostener la flexibilidad que les ha permitido adaptarse para mantener su productividad y el trabajo de sus equipos en un entorno completamente adverso”.

Las tendencias para este 2021

  1. Distanciamiento como principal herramienta de prevención
    Las pautas de distanciamiento físico en plantas, oficinas y ámbitos laborales se mantendrán por tiempo hasta tanto la se logre una inmunidad a gran escala, garantizando la seguridad mientras continúen los riesgos asociados a la pandemia.
  2. Deslocalización del trabajo
    La cuarentena y el distanciamiento social preventivo y obligatorio llevaron a la mayoría de las organizaciones a migrar a una estructura «desde casa». Situación forzada ayudó a derribar barreras culturares y prejuicios en torno al trabajo remoto y y que todo parece indicar que seguirá en el futuro de las organizaciones.
  3. Digitalización y nuevas habilidades laborales
    La pandemia ha sido un catalizador de la transformación digital de las organizaciones. Tanto para las empresas que ya se encontraban en ese camino, como para las que debieron implementar una actualización digital forzada, la evolución lograda con la experiencia del 2020 ha sido equivalente a cerca de 3 o 4 años en condiciones normales. Esta situación hace que los cambios en el mundo del trabajo se den a un ritmo nunca antes visto, acortando radicalmente la vida útil de los conocimientos y habilidades laborales y conformando un nuevo set de skills necesarios para hacer frente a los trabajos del futuro.
  4. La capacitación y un nuevo rol para las empresas
    Como nunca antes, la empleabilidad de las personas depende de su capacidad de aprender e incorporar nuevos conocimientos. El aprendizaje permanente a cualquier edad se instala con fuerza como paradigma dominante como respuesta a la velocidad de los cambios y la incertidumbre que hacen inciertas las competencias y las habilidades que demandarán los trabajos del futuro. Frente al desafío de formar al talento y hacer frente a la obsolescencia programada de las habilidades laborales, se consolida el rol central de las empresas como formadores como alternativa frente a las los sistemas educativos tradicionales que parecieran alejarse cada vez más de las necesidades del mercado laboral.
  5. Mayor flexibilidad y trabajo por objetivos
    El experimento de home office instaurado por la cuarentena llevó a muchísimas empresas a reconocer que el control horario y la presencialidad no son necesarios para asegurar la productividad. Esta situación ha puesto en evidencia que la organización del trabajo en base al horario está quedando obsoleto y el trabajo por objetivos va ganando terreno. Con una menor dependencia en la presencia física en las oficinas y el cumplimiento de horarios, todo indica que veremos a futuro un crecimiento de esquemas de trabajo más flexibles, en el que los acuerdos de trabajo remotos, híbridos o mixtos se consolidarán como la opción preferida, tanto de los empleadores como de los trabajadores.
  6. Transmisión de cultura y desarrollo de vínculos
    Contener y acompañar a los colaboradores para que los nuevos esquemas de trabajo flexible y remoto se traduzcan en experiencias positivas para todas las partes implica para las empresas la reformulación de los espacios de transmisión de la cultura y valores organizacionales. Asimismo, tomando en cuenta que el contacto cara a cara, la conexión humana y las interacciones informales alrededor de los proyectos compartidos son algunas de las grandes pérdidas que afloran como efectos secundarios de la deslocalización del trabajo, uno de los principales desafíos para las organizaciones pasará por impulsar y mantener las relaciones personales y los vínculos entre colegas a pesar de la virtualidad.
  7. Reclutamiento, onboarding e inducción virtuales
    En 2020 las organizaciones también debieron adaptar sus procesos de búsqueda, selección y contratación de recursos humanos y, aunque a la fuerza, se animaron a incorporar talento sin haber tenido una instancia previa de entrevista cara a cara para conocer al candidato o una visita a las oficinas antes de su primer día de trabajo. Aunque las incorporaciones de personal en procesos completamente virtuales suman complejidad al proceso de onboarding e inducción de los nuevos colaboradores, esta experiencia es otra de las que no tendrá retorno y ha llegado para quedarse, permitiendo experiencias enriquecedoras para que los nuevos trabajadores tomen contacto –aún a la distancia-, con la cultura y los valores de la organización.

“Cada empresa es única, así como su cultura organizacional y cada uno de sus equipos de trabajo genera interacciones y experiencias de vinculación diferentes; sin embargo, algunas de estas tendencias que marcarán al mundo del trabajo en 2021 son transversales a muchas organizaciones, por lo que visualizar el horizonte no sólo les permitirá adelantarse a los cambios, sino mantener sus estructuras ágiles, flexibles y creativas de cara a un futuro en el que esos cambios se consolidan como una constante”, concluyó Andrea Ávila.

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