DeepSeek, el modelo de inteligencia artificial generativa desarrollado en China, ha irrumpido como un fuerte competidor de ChatGPT, la IA que en solo dos años se convirtió en sinónimo del sector. Con un desarrollo que, según sus creadores, costó una décima parte del de su rival y con la ventaja de ser completamente gratuito y de código abierto, DeepSeek busca desafiar el dominio de OpenAI en un mercado cada vez más competitivo. Como suele ocurrir en la histórica rivalidad entre China y Estados Unidos, el gigante asiático apuesta por ofrecer una alternativa similar, pero a menor precio, repitiendo una estrategia que ya le ha funcionado en otras industrias.
Si bien en pruebas básicas las respuestas de ambos modelos parecen muy similares, el modelo chino se destaca en ciertos procesos específicos, mientras que ChatGPT sigue siendo percibido como más amigable y empático. La llegada de DeepSeek ha despertado preocupación en las empresas tecnológicas de Occidente, hasta el punto de que incluso Donald Trump lo ha señalado como una advertencia para el liderazgo estadounidense en IA. Con esta nueva contienda en marcha, serán los usuarios y los gobiernos quienes definirán el futuro de la inteligencia artificial y cuál de estos modelos logrará imponerse en el largo plazo.