En la última década, lejos de avanzar en su objetivo de convertirse en el «supermercado del mundo», Argentina ha profundizado la primarización de su economía. Según datos del Indec, las exportaciones argentinas en 2024 alcanzaron los 80 mil millones de dólares, un 11% más que en 2014, pero con un aumento en la proporción de productos primarios y una reducción en las manufacturas de origen industrial y agropecuario. Córdoba reflejó aún más esta tendencia, con un crecimiento del 13% en sus exportaciones pero con un fuerte incremento en la participación de los productos primarios, que pasaron del 28% en 2014 al 65% en 2024.
El informe del periodista Alejandro Rollan destaca que el maíz es el producto más representativo de esta primarización, aportando el 22% de las exportaciones de Córdoba. Ante este panorama, el desafío radica en agregar valor a la producción agropecuaria, transformando granos en productos industrializados como carne, leche o biocombustibles, siguiendo el ejemplo de Brasil. En las últimas dos décadas, el país vecino multiplicó su producción de maíz, pero en lugar de exportarlo en bruto, lo destinó a la industrialización, logrando posicionarse como líder en exportación de carne vacuna y pollo, así como en la producción de etanol de maíz.
