La estructura económica argentina cambió drásticamente en las últimas cinco décadas. En 1970, casi un tercio del PBI provenía de la industria (31%), mientras que los servicios apenas representaban el 48%.
Hoy, los servicios superan el 53% del producto, y la industria cayó al 15%, marcando el retroceso más pronunciado desde que hay registros. La tercerización de la economía, un fenómeno global, tuvo en Argentina un desarrollo desigual, con expansión del comercio y las actividades básicas, y un declive sostenido del empleo industrial.
Según datos del Banco Mundial y un análisis publicado por Infobae, en la mayoría de las provincias argentinas el principal empleador ya no es la industria ni el agro, sino el comercio minorista, seguido por la construcción y los servicios esenciales. En Córdoba, el comercio lidera la generación de puestos de trabajo, mientras que solo Tierra del Fuego mantiene un perfil industrial fuerte con su producción de electrónicos. El país muestra hoy una economía dual: servicios muy básicos conviven con otros de alta complejidad, pero aún sin un anclaje claro que defina su modelo de desarrollo futuro.
