La cantidad de billetes en circulación en Argentina cayó un 20% en lo que va del año, pero la masa monetaria creció 8,4%. Esta aparente contradicción se explica por la incorporación de billetes de mayor denominación: los de $10.000 y $20.000, emitidos por el Banco Central en los últimos meses, ya representan el 14% del total de unidades, frente al 9% que tenían a fines de 2024.
Al mismo tiempo, el número de billetes de $1.000 se redujo en un 30%, al pasar de 5.430 millones de unidades a 3.780 millones. Ese descenso fue compensado por el aumento de los billetes de $10.000 (suba del 5%) y especialmente los de $20.000, que incrementaron su presencia en un 150%.
La renovación de billetes también trajo un fuerte ahorro de costos. En 2023, producir mil billetes en la Casa de Moneda costaba unos USD 126. Hoy, importados desde China, cuestan USD 49 por millar. Además, la menor cantidad de papeles en circulación alivia el sistema logístico y de almacenamiento del sector financiero, que el año pasado llegó a alquilar depósitos para guardar efectivo. También se eliminaron sobrecargos de hasta 5% que algunos bancos cobraban a las empresas por billetes de baja denominación.