Mientras el debate sobre el futuro de Aerolíneas Argentinas sigue en el Congreso, un informe de la Fundación Fundar indica que la aerolínea no es atractiva para inversores y que su actual estructura perjudica a la empresa.
El Poder Ejecutivo intentó incluir a Aerolíneas en la Ley Bases para su privatización, pero no logró las mayorías necesarias. Luego, impulsado por los paros en Intercargo, presentó un proyecto específico sobre el destino de la compañía.
Los números de Aerolíneas Argentinas son desalentadores: en los últimos diez años, su resultado operativo promedio sobre ventas fue de -22%, lo que implica que sus ingresos no cubren casi una cuarta parte de sus gastos, y tiene un patrimonio negativo de 170 millones de dólares. En 2023, logró un equilibrio operativo no por mejoras operativas, sino por la brecha cambiaria, vendiendo dólares al precio oficial y recaudando al precio del MEP. La aerolínea, con un 64% de participación en el mercado de cabotaje y vuelos a 39 destinos nacionales, es la única que opera en la mitad de ellos.
Privatizar Aerolíneas tendría altos costos para el Estado debido a las obligaciones y inversiones ya realizadas, y podría causar una caída en las ventas por la incertidumbre generada. Según Gonzalo Guilardes de Fundar, anunciar la privatización en estas condiciones reduce la probabilidad de que se lleve a cabo. Fundar sugiere terminar con los aportes de capital para el déficit operativo y buscar nuevas formas de financiamiento público para objetivos no comerciales, primero logrando el equilibrio operativo antes de considerar la entrada de capital privado.