Los recientes defaults de gigantes del agro como Los Grobo, Agrofina, Surcos y Campo de Avanzada han encendido alarmas en el sector. Con cheques rechazados y vencimientos impagos en alza, el primer tramo de 2025 exhibe un contexto de incertidumbre.
Factores como precios internacionales deprimidos, una alta carga impositiva, un dólar planchado y condiciones climáticas adversas han golpeado a la agroindustria, generando un escenario de preocupación. Un informe de la Fundación Mediterránea advierte que 2024 fue un año desafiante para el sector, con costos en alza y márgenes de rentabilidad reducidos.
Sin embargo, el estudio descarta que la crisis sea generalizada. Pese a los casos de default, la morosidad en créditos agrícolas ha caído al nivel más bajo en casi siete años, ubicándose en apenas 2,8%. Si bien no hay señales de un colapso masivo, se advierte que factores estructurales, como las retenciones y la pérdida de competitividad frente a Brasil, podrían empujar a más empresas hacia el incumplimiento si no se revierten en el corto y mediano plazo.