La producción energética en Argentina ha experimentado un crecimiento significativo, destacándose el gas natural, que alcanzó niveles no vistos desde 2008, y la producción de petróleo crudo, impulsada por el desarrollo de Vaca Muerta.
Este auge permitió un superávit comercial energético de 5.000 millones de dólares, clave para aliviar los compromisos de deuda del Tesoro y reducir la presión sobre las reservas. El Gasoducto Perito Francisco Moreno y la ampliación de oleoductos como Oleoductos del Valle han sido determinantes en la expansión de la capacidad de transporte de recursos, mientras que los subsidios a usuarios residenciales se redujeron a un tercio del total. Se proyecta que en 2025 el superávit energético supere los 8.000 millones de dólares, gracias a un incremento sostenido en las exportaciones de crudo.
Con una producción de más de 750.000 barriles diarios, liderada por YPF, Pan American Energy, Vista, Pluspetrol y Shell, el sector petrolero consolida su crecimiento. Estas empresas, junto con Chevron y Pampa Energía, invertirán 3.000 millones de dólares en el oleoducto Vaca Muerta Oil Sur, previsto para 2027. En gas natural, con un promedio de 142,5 millones de m³ diarios, YPF y TotalEnergies encabezan la producción. Inversiones por más de 11.350 millones de dólares en técnicas como el fracking han impulsado esta expansión, marcando un cambio de rumbo estratégico para la economía energética del país, con beneficios proyectados a largo plazo.