A nivel mundial la generación millennial, nacidos 1981 y 1999, y centennial, a partir del 2000, hoy representan el 25% de la población mundial: un pilar fundamental del mercado laboral. En especial el segundo grupo, además de estar en etapa universitaria o terciaria, hoy se encuentra en la búsqueda del primer trabajo, con la idea de transitar los pasos iniciales dentro de una empresa o emprendimiento.
Una generación que crece junto al desarrollo tecnológico. Su juventud, su afinidad por la tecnología, su carácter de innovación y su ambición de crecimiento, entre otras cuestiones, son características esenciales en su forma de actuar al momento de resolver situaciones laborales. En este sentido puede decirse que, a partir de estas particularidades, la gran mayoría de los millennials apuntan a una organización del trabajo que vaya evolucionando del control y la supervisión a la colaboración. Es decir, una convivencia con la tecnología como ecosistema en lugar del paradigma de la dominación y seguridad.
Los cambios en el paradigma laboral, que desde hace varios años debe ir adaptándose a las nuevas generaciones de profesionales, son posibles en compañías digitales, donde el promedio del staff, incluso en sus puestos ejecutivos, es de 25 años. Equipos jóvenes es igual a equipos experimentados en el rubro: quién mejor para trabajar en un e-commerce sino es el propio usuario que lo utiliza.
La tecnología es una de las aliadas principales para trabajar en una compañía digital. De hecho, en el caso de un e-commerce, donde el personal es joven, las posibilidades de crecer son infinitas, variadas y rápidas. No solo por su valor agregado de ser nativos digitales, sino por la actitud de trabajo en equipo que se hereda de los espacios de estudio.
Las formaciones especializadas, como los cursos o terciarios, se complementan con la adecuación y naturalización del mundo de la web. Permanecer online y conectados, es parte de la cotidianidad de las nuevas generaciones, así como también elegir aprender conocimientos puntuales a través de la práctica.
Definitivamente estamos atravesando una nueva concepción del trabajo, a partir de todas las innovaciones digitales y lo que promueve a nivel, social, económico y laboral. En este contexto, son las empresas las que se van preparando para incorporar perfiles jóvenes y digitales, que cada más vez más son demandados; y tanto las instituciones académicas y de formación profesional deben adaptar también su preparación para los nuevos tipos y ritmos de trabajo. Además, la sociedad en general deberá mantenerse abierta a la presencia cada vez mayor de, ya no solo los millennials, sino de toda una nueva generación digital.
Los beneficios de los jóvenes trabajadores oscilan entonces entre la generación de ambientes innovadores, acciones colectivas y colaboración en equipo, además de la acción inmediata para resolver problemas. Por lo general, las nuevas generaciones apuntan a puestos donde la reputación y transparencia de la empresa, la flexibilidad que les concedan y los valores, tanto individuales como colectivos, sean diferenciales, es decir, estén en sintonía con su estilo de vida y pensamiento. No estamos hablando de jóvenes adoctrinados, de educación tradicional, sino acostumbrados a debatir y opinar, y tener posturas claras sobre su futuro y sus convicciones.
Queda claro que en la actualidad, tanto empleados como empleadores buscan una sinergia entre las competencias digitales, donde la tecnología es el gran pilar, y las competencias humanas el acompañamiento fundamental. Donde el trabajo en equipo, el respeto y los objetivos grupales parecieran ser las nuevas claves del éxito.