En el marco del Día de Acción Global sobre Educación para el Consumo Sustentable, Colegium analiza cómo la educación se ha vuelto determinante para la formación de personas más conscientes, y la concientización de la población.
El 15 de octubre se celebra el día de la acción Global para el consumo sustentable, justamente cuando estamos atravesando un momento clave en temas medioambientales y en la discusión pública. Es aquí donde surgen términos como “consumo responsable”, “sustentabilidad”, “responsabilidad ecológica empresarial”, entre muchos otros. Todos estos tienen relación con las acciones que se pueden realizar desde las empresas, el Gobierno y la población, para ayudar a disminuir los efectos abrasivos del calentamiento global.
Justamente, uno de los aspectos de este conflicto que más implica a la sociedad, es el consumo. Es por eso que el problema sucede cuando nos surge la pregunta ¿Sabemos cómo llevar a cabo un consumo responsable? Un estudio destacó que más del 80% de los argentinos ha escuchado hablar sobre sustentabilidad y que más del 60% ha comprado productos que dicen ser ecológicos, sin embargo, aún persiste el desconocimiento sobre el tipo de artículos que responden a dicha descripción. ¿Cómo educarnos para el consumo responsable? ¿Es posible adquirir las herramientas necesarias?
Como se indica en el documento de la ONU Aquí y ahora: Educación para el Consumo Sustentable, las opciones sustentables de los consumidores son cruciales para el desarrollo social y la protección del medio ambiente, además de tener la información adecuada que permita una toma de consciencia conveniente.
En esa misma línea, María Fernanda Díaz, Líder del Equipo Pedagógico de Colegium, señaló que “educar a las actuales y nuevas generaciones es fundamental para impactar de manera positiva en el medio ambiente. En este sentido, resulta determinante generar espacios que concienticen sobre la importancia de la sustentabilidad e informen de acciones específicas para el cuidado y preservación del medio ambiente. Por ejemplo, en las instituciones educativas es posible instar a los estudiantes a realizar campañas de reciclaje que abarquen la comunidad educativa completa, crear afiches que promuevan tareas sencillas y cotidianas para salvar al planeta, y que sean publicados dentro del recinto y los alrededores, organizar festivales en los que se participe por el mejor proyecto medio ambiental, entre otros”.
Ahora, ¿de qué servirían estos esfuerzos? Samuel Ochieng, Presidente de Consumers International explicó que “el mundo reconoce la necesidad de opciones sustentables para cumplir nuestros objetivos de desarrollo y garantizar un justo y equitativo futuro para nuestros hijos. […] Creemos que enseñar a nuestras jóvenes generaciones acerca de las prácticas de consumo sustentable es la mejor manera de ayudar a darse cuenta de la responsabilidad en el largo plazo.”
Noruega por ejemplo, decidió prohibir la venta de vehículos que funcionan a través de combustibles fósiles (gasolina y diésel) a partir del 2025 con el fin de fomentar el uso y venta de autos eléctricos. Hoy en día, el 24% de los autos nuevos vendidos en ese país funcionan con electricidad, siendo el porcentaje más alto del mundo. Por lo tanto, de lograr este cambio, sería el primer país en introducir políticas tan drásticas al respecto y el primero en alcanzar la mayor cercanía a las cero emisiones en transporte.
Este es uno de los tantos ejemplos que podrían ser implementados para llevar a cabo un mejor cuidado de nuestro planeta. Sin embargo, en primer lugar, debemos obtener información sobre la problemática, de esta forma se podrá desarrollar un plan que contribuya al bienestar general.