Los biocombustibles se han convertido en una cuestión de Estado, con el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti dispuesto a jugar a fondo en el Congreso de la Nación.
El próximo 12 de mayo vence la ley sancionada en 2006 durante el gobierno de Néstor Kirchner, que obliga a las petroleras a introducir en sus combustibles una porción de bioetanol y biodiésel.
Arrancó con el 3% y fue aumentando, de la mano de las inversiones en el sector, al actual 10% de biodiésel y 12% de bioetanol, con idea de llegar a mayores porcentajes.
La puja es fuerte y hay muchos intereses en juego, entre las grandes petroleras y las provincias patagónicas productoras de petróleo por un lado y el centro productivo, con 3 provincias esencialmente, Córdoba, Santa Fé y Tucumán que producen los biocombustibles, por el otro.