Como todos saben, el dólar blue volvió a recalentarse este mes y la brecha con el oficial ya está, otra vez, en el 90%, el nivel más alto en lo que va del año.
El Gobierno relativiza el problema diciendo que se trata de un mercado chico, pero en realidad le preocupa porque es la señal de que algo no funciona bien. Y además, actúa como acelerador de expectativas: porque aunque no sea el dólar que rige las operaciones de comercio exterior, muchos agentes remarcan igual.
Con esta brecha, el problema está en que se convierte en un incentivo para que los importadores adelanten compras al exterior (y por lo tanto demanden más divisas) y a la vez estimula a los exportadores a retacear las ventas en el circuito legal y a negociar parte de su producción en el segmento de los dólares paralelos.