Los monotributistas están en una situación complicada, porque este año no se actualizaron los montos de facturaciones máximas, sin embargo, en enero se mantuvo la obligatoriedad de recategorizarse.
De esta manera, con una inflación del 36,1%, que afectó su facturación, muchos de los más de 3 millones de trabajadores que están en el régimen del monotributo, debieron subirse a una categoría más alta sólo por efecto de la suba de los precios, no porque les vaya mejor o vendan más.
Más todavía, los que están en la última categoría se niegan a facturar por temor a pasarse y quedar fuera del monotributo y pasar régimen general con el que deben tributar el IVA.
Aunque la Afip prometió que no habrá exclusiones de oficio, nadie termina de creer del todo esa promesa.
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