Hay una situación inédita en la Argentina, inédita al menos en la última década, los bancos están ganando muy poco. Tasas reguladas, cepo cambiario, inflación y bajísima demanda de préstamos son el combo perfecto para esta foto rara en el sistema bancario y es que atraviesan la rentabilidad más baja en la última década.
De todos modos tranquilos, ganan menos, pero ganan, ya que cuentan con un paraguas que no tiene ningún otro sector económico: el Estado que es un cliente asegurado, no se va nunca dada la eterna necesidad de financiar los déficits fiscales a través del enorme stock de títulos del Banco Central y de títulos de la deuda pública.